Cómo combatir el fastidioso dolor de garganta

A veces comienza de buenas a primeras y notamos una pequeña punzada en la garganta. También cuando no estamos bien hidratados el dolor es más intenso. En la mayoría de los casos puede deberse a un enfriamiento, pero en otras ocasiones no.

Hace algunos años recuerdo como en cada temporada mi garganta no me daba tregua. Cada vez que venía un cambio de estación acababa con un dolor que luego se trasladaba a las vías respiratorias altas, es decir, congestión nasal, lo que dificultaba aún más el poder respirar. Cuando uno trabaja con la voz, seas locutor, comercial, profesor o cualquier profesión donde esta sea la herramienta principal, no nos lo podemos permitir.

Aquel episodio de dolor que iba y venía me duró varios meses, lo que me llevó a ir al otorrinolaringólogo porque pensaba que podría tener algún problema en las cuerdas vocales.

Finalmente todo estaba correcto, entonces ¿qué me ocurría? En aquella época mi médico de cabecera reforzaba mis defensas con vitamina A, pero tampoco era el remedio definitivo, porque con el paso de los meses tarde o temprano volvía los dolores de garganta.

Ahora llevo varios años sin problema alguno, y mi dieta tampoco ha variado con respecto a años atrás. Por lo tanto, no se debe a niveles bajo de vitaminas ni nada parecido.

ALGUNAS INFECCIONES DE GARGANTA

Laringitis

Se produce por una inflamación de la mucosa laríngea, y que afecta las cuerdas vocales. En ocasiones forman parte de un proceso inflamatorio agudo de las vías respiratorias altas, y donde muchas personas sufren de la disfonía, dolor al tragar e incluso en ocasiones dificultades para respirar, la conocida como disnea. Si ocurre lo más normal es que se deba a una infección, siendo la más habitual que se deba a un proceso vírico, siendo la laringitis catarral la más común de todas.

Llegado a este punto se tener reposo vocal, analgésicos, antitérmicos si fuera necesario y mucha hidratación. A los fumadores esta patología les afecta mucho. También si se bebe alcohol, se esfuerza mucho la voz e incluso si se padece de reflujo gastroesofágico.

Si la laringitis lo ha causado una bacteria, el médico tendrá que recetar antibiótico.

Faringitis

La faringitis es la inflamación de la misma y es debido a una infección. También puede ser causada por causa alérgica, traumática o química. La faringitis catarral se convierte en la causa de dolor más común, y es debida a un virus principalmente. Puede ser causante de esta patología el ambiente seco, el estrés, la contaminación o el frío.

En casos grave se puede sufrir de fiebre o cefalea. Si el causante es un virus, lo más indicado es hacer reposo con antiinflamatorios. Si hubiera bacterias en la zona, se trataría con antibióticos.

¿QUÉ HA CAMBIADO ENTONCES EN MI ORGANISMO?

Tal vez lo único que ha podido cambiar ha sido algunos hábitos, ya que la alimentación continúa igual que años atrás.

  • Beber agua y estar bien hidratado
  • Hacer gárgaras a menudo con agua y limón., al menos después de comer. El limón es un buen antiinflamatorio. Los alimentos que se quedan en nuestra boca puede provocar que bacterias consigan encontrar un lugar ideal para ellas en nuestra garganta.
  • En la ducha, hacer gárgaras con agua caliente, así se eliminará impurezas del aire que solemos tener en la garganta. Mientras más limpia la tengamos mejor que mejor.
  • En cuanto note dolor, intensificar el agua con limón, o bien agua con sal.
  • Cuando se acerque el frío tomar vitamina C. Un buen zumo recién exprimido todas las mañanas nos vendrá genial.
  • Evitar todo aquello que afecta de manera negativa a nuestra garganta como el tabaco, alcohol o bebidas muy frías.
  • Si notas dolor de garganta aunque sea de manera leve, no tome nada dulce como caramelos de miel, porque en ese momento sentiremos alivio pero luego se resecará aún más y el dolor volverá e incluso poco a poco de manera más intensa.
  • Por las noches, y solo cuando nos apetezca, una infusión calentita, de manzanilla con anís o de poleo menta, ayudará a mantener una garganta más equilibrada.
  • Procure no forzar la voz y si lo haces, hágalo sacando el aire desde el diafragma y no fuerce la cuerdas vocales. Esta técnica tal vez le resulte complicada, pero es cuestión de concienciarse y sobre todo practicarla.
  • En invierno, tener el cuello protegido con un pañuelo o bufanda. Todo el frío que podamos quitarte mejor mejor.

Cómo decía anteriormente, no es la fórmula perfecta, pero personalmente me va muy bien. Podría decir que ahora puedo pasar un año entero con mi garganta libre de infecciones.

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