Muchas personas padecen algún que otro problema de la voz, y esto se puede deber a muchos motivos. Todos aquellos que tienen la voz como herramienta de trabajo están más expuestos que otras como profesores, oradores o locutores.
El tratamiento dependerá siempre del propio origen del trastorno, pero para solucionarlos se podría recurrir a medicamentos o incluso cirugía.
LOS TRASTORNOS QUE SUFRIMOS EN LA VOZ
CAUSAS
La laringe está formada por cartílagos, músculos y membranas mucosas que se ubican en la parte superior de la tráquea y en la base de la lengua. Tus cuerdas vocales son dos bandas flexibles de tejido muscular que se encuentran en la entrada de la tráquea. El sonido se produce cuando las cuerdas vocales vibran.
Esta vibración proviene del aire que atraviesa la laringe, lo que hace que las cuerdas vocales se acerquen. Las cuerdas vocales también ayudan a cerrar la laringe cuando tragas, lo que previene que inhales alimentos o líquidos.
Si las cuerdas vocales llegan a inflamarse, se paralizan o tiene algún tumor, no funciona de manera correcta y es entonces cuando se produces los trastornos de la voz.
TRASTORNOS FRECUENTES
Estos puede ser:
- Laringitis
- Disfonía de tensión muscular
- Trastornos neurológicos de la voz, como disfonía espasmódica
- Lesiones precancerosas y cancerosas
- Pólipos, nódulos o quistes en las cuerdas vocales, que no llegan a ser cancerosas
- Parálisis o debilidad en las cuerdas vocales
- Manchas blancas conocidas como leucoplasia
FACTORES DE RIESGOS
Son muchos los factores de riesgo que pueden contribuir que finalmente acabemos con un trastorno de la voz como el envejecimiento, consumo de alcohol, alergias, reflujo gastroesofágico, trastornos neurológicos, estrés psicológico, hablar por costumbre con un volumen elevado, problemas de tiroides, fumar, deshidratación de la garganta o usar la voz de manera incorrecta o demasiado. Muchos factores pueden contribuir a la aparición de un trastorno de la voz, entre ellos:
Como puedes observar, dependiendo de la patología en cuestión, así será el tratamiento del especialista. Muchas pueden evitarse como la ingesta de demasiado alcohol, fumar o incluso usar mal la voz.
MAL USO DE LA VOZ
Si tu profesión hace que utilices durante mucho tiempo la voz debes usarla de manera correcta. Saber respirar y proyectar la voz es muy importante, ya que si no proyectas y finalmente fuerzas la garganta para que tu voz se escuche, acabarás bien con dolor de garganta, con afonía o con algún problemas más grave con el paso del tiempo.
Por este motivo, si este es tu caso, ponte en manos de un logopeda que te enseñará a hablar, a saber hablar.
MANTENIMENTO
¿Quién ha dicho que la voz no necesita mantenimiento? Y también mimos. El aire que respiramos a diario está repleto de miles de partículas que al pasar por nuestras vías respiratorias acaban adheridas en nuestra garganta.
Ten por costumbre hacer gárgaras al menos una vez al día. Incluso puedes hacerlo cuando te duchas. El agua caliente ayudará a hidratar y limpiar nuestra garganta. O bien cuando te cepilles los dientes antes de ir a la cama, es otro momento en el que puedes aprovechar para hacerlo. No es prioritario que uses un enjuague bucal. Con el mismo agua del grifo o bien con agua templada y poquito de sal, basta para conseguir el objetivo.
Si detectas que la garganta comienza a dolerte levemente, puedes aprovechar el enjuague para hacerlo exprimiendo un limón en el agua, ya que el limón es un antiinflamatorio natural.